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Parte Prima

Competenze disciplinari

C. un dentífrico

D. dinero

2) El antónimo de “chaval” es:

A. anciano

B. animal

C. niño

D. joven

3) El articulista:

A. no cree que la gente deje de leer por ver la tele

B. se abstiene de expresarse sobre la gente que critica la tele

C. cree que la gente suele comprar libros porque tiene la tele

D. no tiene una idea clara sobre los sectores contrarios a la televisión

Tras leer el texto, señalar la respuesta que convenga

Las primeras referencias literarias al término “flamenco” no aparecen hasta

finales del siglo XVIII. Aun sin remitir expresamente a los cantes y bailes que

ahora nos ocupan, esas citas ya suponen alguna vinculación con el ambiente

en que aquéllos se gestaron. Parece ser que el más antiguo uso del vocablo

se debe a Juan Ignacio González del Castillo, quien en su sainete

El soldado

fanfarrón

(escrito hacia 1785) lo emplea como sinónimo de “cuchillo” y, sobre

todo, de “gresca” o reunión festiva con cantos y bailes. Sin embargo, la voz

“flamenco” figura aplicada por primera vez a los gitanos en

Los zincalí

, del

viajero inglés George Borrow, que anduvo por España en los años de 1830.

Borrow comenta que en nuestro país se solía llamar a los gitanos “germanos

o flamencos”. No cabe duda de que esta doble denominación sugiere la

relación de los gitanos con el hampa. Por lo pronto, “germano” se refiere

aquí al individuo perteneciente a las germanías o hermandades de gentes de

mal vivir. De todos modos, el término “flamenco” no se emplea para designar

a los cantes fundamentalmente recreados por los gitanos hasta bastantes

años después. Estébanez Calderón, que nos suministra en sus

Escenas

andaluzas

(1847) las primeras noticias aceptables sobre el clima expresivo del

flamenco, jamás utilizó aquel nombre para bautizarlo. Las opiniones en torno

a la etimología de la voz “flamenco” son muy varias. Hay quien ha querido

hacer derivar la palabra “flamenco” de una expresión árabe que significaría

“campesino huido”, siguiendo la teoría de que los gitanos andaluces

descendían de los moriscos expulsados de España a principios del XVII.

Otros piensan que se denominó así a dichos gitanos por el hecho, erróneo,

de que habían llegado a la Península procedentes de Flandes. Tampoco